Mi hijo comenzó sala de tres en agosto, por primera vez en su vida. Estábamos recién mudados al pueblo. Las maestras y la directora nos recibieron de brazos abiertos, propiciando una adaptación a la medida de mi hijo, me dejaron quedarme en el aula hasta que él se sintiera seguro para quedarse. Fui retirándome paulatinamente y la seño lo acompañó y contuvo mucho. Con otres niñes en proceso de adaptación también la vi siempre muy atenta y contenedora. El jardín tiene un patio de juegos hermoso, instalaciones amplias y limpias, es muy luminoso. Siempre hay un aire de tranquilidad. Tiene salas de 3, 4 y 5 años, y siempre vi a todes les niñes muy contentos. Los pocos conflictos que vi entre chiques los resuelven perfecto y sin levantar la voz. Para nosotros la experiencia ha sido grata y muy buena.